Hace 8 años hice uno de los viajes más bonitos y reveladores. Y lo hice sola. Recorrí el Camino de Santiago Francés desde Villafranca del Bierzo hasta terminar postrada frente a la Catedral de Santiago de Compostela y en mi cabeza no hacía más que dar vueltas un pensamiento: «¡joder, y por poco no lo hago!».
En este viaje comencé mi andadura como escritora accidental. Conté lo que me ocurría día tras día. Cuando me tumbaba sobre la litera, cogía mi BlackBerry (ahora parece que hablo del Paleolítico) y resumía la jornada en unas cuantas líneas. Se las enviaba por mail a mi hermano y él se ocupada de publicarla en el que era el blog de Escapada Rías Baixas.
Aquí dejo el primer capítulo. Sin modificaciones, sin retoques. Tal cual. Sólo he editado las imágenes.
Una guía en el Camino de Santiago:1ª Jornada: La llegada al Bierzo.
El despertador suena a las 7:00hrs. Remoloneo hasta que pienso que: !Me voy de viaje!, que no de placer… Me voy a hacer el Camino de Santiago. Lo planeado nunca sale, no lo practiquéis. Llevo el coche hasta la estación de tren de Vigo, como no quiero ir con prisas y me olía que iba a llegar justita, pues aprovecho y no empiezo a sufrir antes de tiempo.
Desayuno con calma y luego me encuentro con un control en el que me vacilan con una mirada y rematan con… «continúe» cuando ya estaba parada. Y pienso: “si hubiese cogido el barco, no me habrían parado…”. Compro el billete origen Vigo, destino Ponferrada. 25.40€. Llego a la estación de destino y me atraca, no más salir por la puerta automática, un taxista: «¿A donde vas?», y yo, «a donde me lleve». Total: a la estación de autobuses. Le pregunto que si no queda muy lejos, que voy andando (…) «no, queda a 2 km». Pues nada, por eso de no sufrir con antelación, allá voy que subo. Llego a la estación de bus y me dice: “¡vete a ver si hay bus!, si no, te llevo yo a Villafranca”. Allá voy yo, son las 14:00h, veo que si: bus a las 15:30h, media hora de camino. Vuelvo junto el taxista y le digo…. “Creo que voy a ir en bus”, como algo y ya. Le digo ¿cuanto le debo? 6,50€. ¿¡Comor!?, ¡Otiá!, y por poco le digo que me lleve al Bierzo… “Gracias pero no, que me deja usté sin fondos en cuestión de30 km”.
Como medio bocata de chorizo (3 lonchas contadas) y una clara (para coger ritmo) y tiro para el andén a esperar por el bus. Ah, clara y bocata: 4,10€. Allí me asalta una que se hace llamar peregrina en apuros… Voy a obviar el comentario. Me pedía dinero para volver a su pueblo. Y yo pensando: “chica me acaban de sablear 6€…” Total, no le solté ni un duro. Al cabo de media vuelta, me encuentro a otro que me dice: (yo llevaba la mochila a cuestas, por eso de ir entrenando….) “quítate la mochila que te vas a cansar! Era un espécimen obsoleto en mi pueblo, pero vi que allí se lleva y mucho, pues eran 3 y un niño: sin dientes, con el pitillo en la boca, sin hacer ni caso a la que se reconocía era su mujer y su hijo y que presumía de que era jubilado y que cobraba 2.000€ mes. A su lado, por casualidad, un señor y su hija muy majos que estaban aguantando el chaparrón como yo… Subo al autobús: 1,40€. ¿Recordáis lo que me había cobrado el taxista? Pues toma ya, 45€ sería ir hasta el Bierzo… Al subir, identifiqué a dos alemanas: Peggy y Anette, creo que eran madre e hija. Al saltar del autobús, pregunté donde era el albergue y me siguieron. Dimos… 4 vueltas al pueblo. El que me dio las indicaciones me dijo que eran unos 400 metros desde allí… ¡Tururú!.
Después de pedir más indicaciones por el camino, dimos con el albergue en cuestión: Albergue Municipal de Villafranca Del Bierzo: 6€ más la credencial que pedí: 1€. A las alemanas las perdí de vista cuando llegamos al albergue. Pensarían: “Esta payasa nos hizo dar 4 vueltas al pueblo para llegar al albergue y eso que habla español” Así es, el albergue quedaba a nada. Sin embargo, los habitantes del lugar nos debieron de ver fondonas y nos hicieron dar un par de vueltas…
Ducha, lavado de ropa, y a la calle. Como vine de turista en modo evasión y búsqueda de mi misma ( yo se dónde estoy, pero lo que no se es si llegaré al destino), fui a la oficina de turismo para preguntar: «¿algo bonito y cerca?» La tía me soltó el CD preparado, mapa y a la calle. De camino aquí recibí un «che, hola«. Me supo a argentino. No fallé. Marcos, 24 años, me contó qué hacia allí y por qué cojeaba: iba al hospital del peregrino. Lo dejé atrás. Me di otra vuelta al pueblo y volví al albergue.
Mientras descansaba y echaba un ojo a la ropita meciéndose y secándose con el viento, escuchaba a mi lado un grupo de 4 personas (3 chicos y 1 chica) como rajaban y se morían de risa. Hasta que me preguntaron: «eres española» y yo: «por supuesto, soy gallega». Pensarían, “con un si nos llegaba…”. Quique y Valentín eran de león y Zamora y trabajan juntos en Zaragoza, empezaron el camino en León; son veteranos. Para Ana y su pareja que son de Castellón es su primera vez… Se vieron en la anterior etapa y estaban repasando a los peregrinos.
Después de hablar y plantearme una teoría: El Camino comenzó como una peregrinación que la gente empezaba desde la puerta de su casa e iban pedir perdón por sus pecados a Santiago; de ahí que haya tantos caminos; pero… ¿Y los que ya son de Santiago? ¿Como hacen para conseguir la compostelana…? Buena pregunta. Como buena gallega respondo: ¿tú que opinas? Lo discutimos por el camino: me animaron a unirme a ellos e ir a tomar algo y cenar. Por el camino al bar, nos cruzamos a una pareja de chicas (una de Pamplona y otra dinamarquesa que viven el Londres) y cada vez somos más. Todos intuimos que son pareja, pero nadie lo pregunta. Nos cuentan que tuvieron que alquilar un coche por esto de la nube volcánica y se están haciendo el camino desde Pamplona con unas bicis alquiladas.
Van a su ritmo: duermen en hotel con jacuzzi y salen a las 11:00hrs a cubrir las etapas. Son dos chicas fondoncitas, pero se ve que le pegan bien a la bici. Cenamos y se nos unen 3 personas más: dos hermanas mallorquinas y un amigo de ellas, polaco. Completamos la mesa. Las chicas de la bici se van al hotel y los demás pedimos menú de peregrino: De primero melón con jamón y de segundo codillo con patatas. Para rematar y que baje: un te verde. Total: 10€.
Uf! Ya son las 10:15 hrs, el albergue cierra a las 10:00 hrs… Nos dejan pasar.
Todos duermen en las literas, subo a la mía y pongo el despertador para las 5:30 hrs para afrontar una dura etapa: Villafranca del Bierzo – O Cebreiro.
Hablamos mañana.